VESTIDOS DE SALVACIÓN

En nuestros tropiezos generalmente echamos la culpa a los demás. Y puede haber factores externos que faciliten la caída, pero al fin y al cabo es nuestra decisión lo que hacemos o dejamos de hacer. Dios creó al hombre en un ambiente perfecto. Adán y Eva fueron colocados en el lugar perfecto donde tenían libertad para decidir amar a Dios y a pesar de eso, fallaron. El ser humano en sí mismo, en las mejores condiciones, toma la decisión de fallar a Dios.

Gé 3: 14-21

“Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. (Es la primera vez que se habla del evangelio en la Biblia) A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti. (El hombre se va a querer apropiar de ti) Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; (porque Dios le había dado la autoridad al hombre) con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. (el hombre solo vive para trabajar) Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo. Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás. Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes. Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”

Nos encontramos con el evento más oscuro de la Escritura, el hombre le acaba de dar la espalda a Dios. Porque Dios creó al hombre en libertad.

En todas las constituciones de repúblicas la libertad es primordial. Dios nos creó con libertad y aun sabiendo que le íbamos a fallar; ser libre es un derecho,.

El hombre da la espalda a Dios, entra el pecado y en medio de la traición Dios hace algo sorprendente en el vs 21 Descendió ahí al huerto del edén, sacrificó uno o varios animales y los vistió. ¿Por qué Dios los viste? porque los ama. Usted es papá o mamá y sus hijos le fallan, usted nunca los va a dejar en vergüenza porque los ama, usted los viste.

La ropa, simbólicamente es un tipo de justicia para presentarnos delante de todos. Dios les pone un vestido de salvación para que de ahora en adelante ellos puedan presentarse ante Dios. Antes de la caída no necesitaban eso, porque estaban en inocencia; luego de la caída vino la vergüenza.

Cuando alguien hace algo malo, se nota. Te das cuenta por la actitud, algo pasa ya no es igual. Cuando a un niño lo obligan a mentir, moralmente se quiebra. Cuando abunda el pecado, sobreabunda la gracia. En este escenario que parece ser el más trágico de todos Vs 15 Dios registra la primera mención de Jesucristo, la salvación por fe y el evangelio. ¿Qué hizo Adán? Escuchó el evangelio y lo creyó. Y le pone nombre a su esposa Eva que significa: dadora de vida porque Adán creyó que en Eva estaba el antídoto para lo que acababa de pasar. Adán y Eva murieron, pero ellos por la fe lograron salvar sus almas.

Dios no cambió los resultados inmediatos y físicos de lo que pasó, pero Dios acomodó, restableció las consecuencias eternas. ¿Cuál es la consecuencia eterna de fallarle a Él? una vida lejos de Dios.

Vs 21 Vestido de piel significa que un inocente debió morir para que un culpable pudiera vivir. Eso sucedió en la cruz del calvario. La humanidad trata de agradar a Dios a su manera ellos quisieron cubrirse con hojas de higuera -su propia justicia- Isaías 6 Zacarias 3. Cuando el hijo pródigo regresó, el papá le pone vestidos nuevos.

Debemos entender que, si pensamos agradar a Dios con nuestras buenas obras, según nuestras ideas, ellas son como trapos de inmundicia. Dios ¿quién es? es nuestro tierno Padre que da una segunda oportunidad. Las hojas de higuera son demasiado estrechas para cubrirse, así son nuestras buenas obras. No es como tu piensas dice Dios, es como yo establezco. Las túnicas de pieles son amplias, fuertes, duraderas y adecuadas, así es la justicia de Dios, nos cubre; es decir, Dios nos ve a través de los méritos de nuestro Señor Jesucristo.

TRES COSAS PARA RESALTAR CUANDO NUESTRO DIOS SOBERANO DESCIENDE

I. La indescriptible grandeza de Dios ante el pecador.

Dios no sólo manifiesta su grandeza para la creación, sino para quien le ha traicionado y ofendido. Porque el pecado para Dios es una ofensa. Si Dios te creó y tú le acabas de fallar, y ese Creador es sumamente poderoso y tú le has ofendido gravemente, has ofendido su santidad y en lugar de reaccionar contra ti; Él desciende, te da una segunda oportunidad, te viste, te ayuda, te levanta, te ve con ojos de amor. Te da una segunda oportunidad. Esa grandeza, ese poder no le impide acercarse a ti; al contrario, Él te quiere restaurar. Cuando cada uno de nosotros falla, independientemente de la magnitud, a Él le duele, le ofende, pero como es nuestro papá nos mira con ojos de amor. Cuando usted juzga a los demás, usted no los ama. Pero si algo le pasa a su hijo, usted quiere que lo entiendan porque es su hijo y le duele. Así es Dios, se duele por nosotros porque somos sus hijos. Dios quiere levantar un altar de adoración, quiere gente libre que se acerquen a Él para ser vestidos de salvación. Aquí está la primera muerte de la creación que vino a causa del pecado (los animales que murieron para vestir con sus pieles)

Aquí se establece un principio: Usar a los animales para el bien de la humanidad cuando hay pecado en nuestra vida, eso va a producir daño. Adán y Eva murieron, pero como creyeron en la salvación, entendieron que había un sustituto entre Dios y el hombre. Ese sustituto en el momento eran los animales, posteriormente la simiente, para nosotros es nuestro Señor Jesucristo. Adán sólo tuvo que aceptar el sacrificio y usar la vestimenta y creer que, a través de Eva, venía la Simiente. De Eva a María, hay una conexión directa, a través de esa jovencita llamada María, nació la Simiente, Jesús.

II. La maravillosa Gracia de Dios ante el Culpable.

La Gracia de Dios es algo que no merezco. Siempre la gracia de Dios ha estado presente, desde el principio. Dios me trata de una manera que, aunque no la merezca, me trata por amor… Ef 2:8-9.

Principio: usar los animales para el bien del hombre. ¿Qué hizo Dios con las hojas de higuera? Las rechazó porque las justicias del hombre no alcanzan los estándares de Dios. El pecado se paga con un precio alto que es muerte. Las pieles de animales establecen que el hombre y la mujer no iban a estar en inocencia, ahora ellos debían cubrirse. Dios a pesar de ser el ofendido es movido a misericordia. Un día dura la ira de Dios, pero toda la vida dura su misericordia.

III. La inagotable bondad de Dios ante el avergonzado.

Cuan profundo es el amor de Dios, la eternidad no será suficiente para conocer su Magestad… nos viste para que podamos presentarnos ante él sin vergüenza. Para que ahora , bajo sus estándares podamos presentarnos ante Él sin vergüenza.

¿Alguna vez se han burlado de ti? ¿cómo te has sentido? Todos tenemos errores, Dios vistió al avergonzado, no lo dejó en vergüenza. Hubo consecuencias, los expulsó, pero los vistió y no los dejó desamparados. En Juan 11 Jesús resucitó a Lázaro y a pesar de saber que lo iba a resucitar, Jesús llora, se conmueve; segundo dice: quiten la piedra (él ya tenía 4 días de enterrado) Jesús dice Lázaro sal fuera… y les dice desátenle (quítenle las vendas viejas, fétidas… y ayúdenle a vestir) Dios nos manda a desatar y a ayudar. Ya estaba vivo y necesitaba que alguien le quitara las vendas, le ayudara a bañarse y vestirse.

Tenemos ejemplo nuestro padre celestial y Jesús. ¿Qué tenemos que hacer nosotros? Lo mismo, el pecado causa vergüenza. Todos estamos por la gracia de Dios. Dios ahora nos da un vestido de salvación, Dios nos mira ahora por los méritos de Cristo, no por nuestra propia justicia; sino por la justicia de la fe. Él dio su vida por nosotros y nos puso el vestido de salvación.

Si usted quiere hoy ponerse el vestido de Salvación, dígale al Señor: Querido Dios, gracias por amarme tanto y darme el vestido de salvación. Te acepto y recibo como mi único y suficiente Salvador. Jesús, gracias por morir por mí.

Predicador: Ps. Sair Moro Gallardo

Servicio Dominical - Iglesia Cristo Vive - 29.09.2024

Transcripción: Vivian Nieves Gascón de Moros