Quiero compartir una historia que ilustra el poder transformador de la fe. Hace unos años, conocí a una persona que estaba al borde de la desesperación. Sentía que su vida no tenía sentido y que no había esperanza para él. Sin embargo, en su momento más oscuro, decidió buscar ayuda. Encontró en Dios la fuerza para seguir adelante y, con el apoyo de su comunidad y su familia, logró reconstruir su vida. Hoy, esa persona es un testimonio viviente de cómo la fe puede salvar vidas.
Además de la fe, es crucial buscar apoyo en nuestra comunidad y seres queridos. La solidaridad y el amor de quienes nos rodean pueden ser un ancla en tiempos de tormenta. No debemos tener miedo de pedir ayuda y compartir nuestras cargas con otros. La Biblia nos enseña en Gálatas 6:2: “Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo”. Este versículo nos recuerda la importancia de apoyarnos mutuamente y de ser una fuente de fortaleza para los demás.
Si estás pasando por un momento difícil, quiero que sepas que no estás solo. Busca apoyo en tu comunidad, en tu familia y, sobre todo, en Dios. Recuerda que cada vida es valiosa y que siempre hay esperanza. La fe puede ser un faro de luz en los momentos más oscuros, guiándonos hacia un futuro lleno de posibilidades y propósito.
Gracias por acompañarnos en Mensaje de Vida. Nos vemos la próxima semana con un nuevo tema. Que Dios te bendiga y te llene de paz y esperanza.
por: Lcdo. Juan Carlos Moros
