Un amor que se transmite

"Hermano, tu cariño me ha llenado de felicidad y me ha dado fuerzas, porque has reconfortado el alma de los creyentes".
                                                       Filemón 1:7

Este pasaje nos invita a pensar en la fuerza del amor de Dios en nuestra existencia. En estas palabras, Pablo agradece el afecto que Filemón ha demostrado y cómo ese cariño no solo le trajo gozo y paz a él, sino también a todos los hermanos que lo acompañaban.

El amor es una de las cualidades más valiosas que Jesús nos enseñó. Estamos llamados a querer a Dios por encima de todo y a querer a nuestro prójimo como a nosotros mismos. El amor es el fundamento de nuestra conexión con Dios y con nuestros hermanos en la fe. Cuando amamos sinceramente, como lo hizo Filemón, damos vida a los corazones de quienes están cerca de nosotros.

El amor no es solo una emoción, sino un acto concreto. Es el gesto de acercarse, reconciliarse, cuidarse mutuamente y sostenerse, incluso cuando resulta difícil. Al hacerlo, nos convertimos en canales de paz y alegría en la vida de nuestros hermanos en Cristo.

Al igual que Filemón, estamos invitados a ser portadores de amor y esperanza en la vida de quienes nos rodean. Con nuestro cariño, podemos despertar los corazones de nuestros hermanos en la fe, ofreciendo alegría y alivio a quienes lo necesitan.

¡No olvides que el amor es el corazón de la fe y la llave para una vida plena en Cristo!

¡Difunde el amor de Dios!

Procura estar cerca de tus hermanos en Cristo, atentos a sus preocupaciones y alegrías, mostrando que te importan.

Está dispuesto a ofrecer perdón y a buscarlo cuando haga falta. La reconciliación es clave para relaciones sanas.
Ten el deseo de ayudar a los demás sin esperar nada a cambio, siguiendo el ejemplo de Jesús. Apoya el crecimiento espiritual y el bienestar de tus hermanos en la fe.

Oremos Juntos:

Señor, dame la gracia de expresar amor hacia mis hermanos en Cristo. Ayúdame a oírlos, a perdonarlos con humildad y a servirlos con un corazón abierto. Amén.

por: Ministerio Vida