Siempre Vigilantes

La parábola del siervo vigilante nos revela una verdad fundamental para la vida cristiana: la importancia de permanecer siempre alerta y preparados para el retorno de Cristo.

DEVOCIONALES

Hno. Juan Carlos Moros

4/25/20252 min read

"Estén ceñidos vuestros lomos, y vuestras lámparas encendidas; y vosotros sed semejantes a hombres que aguardan a que su señor regrese de las bodas, para que cuando llegue y llame, le abran en seguida.  Bienaventurados aquellos siervos a los cuales su señor, cuando venga, halle velando; de cierto os digo que se ceñirá, y hará que se sienten a la mesa, y vendrá a servirles. Y aunque venga a la segunda vigilia, y aunque venga a la tercera vigilia, si los hallare así, bienaventurados son aquellos siervos. Pero sabed esto, que si supiese el padre de familia a qué hora el ladrón había de venir, velaría ciertamente, y no dejaría minar su casa. Vosotros, pues, también, estad preparados, porque a la hora que no penséis, el Hijo del Hombre vendrá".

Lucas 12:35-40

La parábola del siervo vigilante nos revela una verdad fundamental para la vida cristiana: la importancia de permanecer siempre alerta y preparados para el retorno de Cristo. Jesús nos alerta sobre lo inesperado de su segunda venida y nos anima a vivir en constante disposición espiritual. En la parábola, los siervos fieles aguardan a su señor con lámparas encendidas, un símbolo de su vigilancia inquebrantable, listos para recibirlo en cualquier momento.

El mensaje es directo: desconocemos el momento exacto de su llegada, por lo que nuestra vida debe reflejar una preparación continua. En medio de las distracciones diarias, es fácil descuidar nuestra comunión con Dios. Sin embargo, Jesús nos llama a vivir con intención, alineados con su propósito, siempre expectantes de su regreso.

Estar “siempre vigilantes” no implica vivir con temor, sino con una fe activa. Es cultivar un corazón en sintonía con Dios, obrando con rectitud y perseverancia. Como siervos fieles, debemos estar listos para responder al llamado de Cristo en cualquier instante, confiando en su promesa y viviendo conforme a su verdad.

Que cada día renovemos nuestro compromiso de mantenernos alerta, con nuestras lámparas espirituales radiantes, aguardando con fidelidad la venida de nuestro Salvador.

Cómo vivir siempre vigilante:
  • Cultiva una oración constante: Mantén una conexión viva con Dios, buscando su presencia en todo momento.

  • Vive con propósito: Aprovecha cada oportunidad, grande o pequeña, para servir a Dios y reflejar su amor.

  • Fortalécete espiritualmente: Permanece firme en la fe, creciendo en tu compromiso con Cristo a través de la oración y las buenas obras.

Oremos Juntos:

Señor, ayúdame a mantenerme vigilante, con un corazón listo para recibirte. Dame fortaleza para vivir con propósito, fiel a tu llamado, aun en medio de las distracciones del mundo. Aviva mi fe para que mi vida sea una lámpara encendida, siempre preparada para tu llegada. Que cada día camine en esperanza y obediencia, confiando en tu promesa. Amén.

por: Ministerio Vida