¡Regocíjense en el Dios de la Alegría!

A menudo, al pensar en Dios, lo imaginamos como alguien solemne o incluso distante. Si bien es importante mostrarle respeto, no debemos olvidar que nuestro Dios es la fuente suprema de amor y felicidad.

DEVOCIONALES

Hno. Juan Carlos Moros

5/1/20252 min read

"Allí, en la presencia del Señor tu Dios, tú y tus seres queridos compartirán alimentos y celebrarán con gozo".

Deuteronomio 14:2 B

A menudo, al pensar en Dios, lo imaginamos como alguien solemne o incluso distante. Si bien es importante mostrarle respeto, no debemos olvidar que nuestro Dios es la fuente suprema de amor y felicidad.

El apóstol Pablo, al hablar de los frutos del Espíritu, destaca la alegría como un componente esencial:

"Por el contrario, el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Contra tales cosas no hay ley."
Gálatas 5:22-23

Se equivoca quien cree que Dios es solo seriedad. La alegría es parte de su naturaleza divina. Sin alegría, no hay gratitud en el corazón, y sin gratitud, no reconocemos plenamente el poder de Dios. Él no desea que lo asociemos con el temor, pues este surge del peso del pecado. Cuando Adán y Eva pecaron, sintieron miedo y se apartaron de Dios.

Nosotros, en cambio, encontramos gozo al apartarnos del pecado y acercarnos a Dios. La felicidad brota naturalmente cuando buscamos a Dios con sinceridad y verdad. Es imposible no sonreír al saber que Dios nos rescató de la muerte eterna y nos llamó a vivir en la luz de su gloria.

¡Estén siempre gozosos en el Señor! Lo repito: ¡Estén gozosos! Filipenses 4:4

¡Celebra porque estás en Cristo!

Razones para regocijarte en Dios:
  • Reflexiona sobre lo que te dio esperanza. El sacrificio de Jesús por nosotros es causa de inmensa alegría y agradecimiento.

  • Al reconocer lo que Dios ha hecho por ti, le abres la puerta para que obre aún más en tu vida.

  • Fomenta una relación cercana con Dios. Ora, medita en su Palabra. Encontrarás nuevas razones para sonreír.

Oremos Juntos:

Señor Jesús, tú eres la razón de mi gozo. Incluso en los momentos difíciles, sé que estás a mi lado. Llena mi corazón con tu Espíritu. Quiero sonreír y glorificar tu nombre con mi vida. Amén.

por: Ministerio Vida