O CORRES O TE ENCARAMAS

La primera lección que nos enseña es que cuando hay que hacer algo tenemos que estar activos, en cubierta y no omitir o evadir acostados en la hamaca porque estamos llamados a cumplir con lo que Dios nos ha determinado.

PRÉDICAS

Ps. Manuel Colmenares

9/3/20244 min read

La segunda lección de esta serie está en el capítulo 2, recordemos que Jonás recibió una encomienda y decidió no obedecer. Agarró el camino contrario y se acostó en una embarcación. Descubren a Jonás durmiendo y él tomó la opción de renunciar a obedecer; mejor me lanzan al mar. Inmediatamente Jonás desaparece de la vista de los hombres el mar se aquietó, la intensidad de las olas disminuyó y los hombres de la nave alabaron a Jehová.

En el capítulo dos, ya Jonás no está en la comodidad del barco sino en el vientre del gran pez. Y cuando uno está en una situación indecisa se encuentra en el punto de o corres o te encaramas. Llega el punto que tenemos que tomar decisiones.

Jonás comienza a interiorizar no estoy ahogado sino tragado por un animal, el instinto de supervivencia en el ser humano es tremendo. A nosotros nos ponen retos y nos envalentonamos en algún punto y decimos yo sí, claro que sí. Y cuando estás enfrentando el reto solo y te entra el miedo que recorre todo el cuerpo… piensas: aquí fue. Queremos sobrevivir, decimos somos valientes; pero ante el peligro, por sobrevivencia uno puede buscar refugio, resguardo, hasta huir… por fuerte o grande que sea a cualquiera le tiemblan las piernas ante el peligro.

Aunque Jonás quería morir, en el pez, clamó al Señor. Jonás 2:1-10

"Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. Me echaste a lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el abismo"

El alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimientos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.

Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan. Mas yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí. La salvación es de Jehová. Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra.

Esta oración nos recuerda que para correr o encaramarse tenemos que mirar al Señor. En esas tormentas de la vida oramos y más confianza podemos tener. No era fácil orar, ni respirar. Aquí Jonás clama al Señor con profundidad.

Recordar al Señor es llevarlo. Donde voy soy un creyente, un hijo de Dios. No puedo perder de vista ese norte. Tengo que mantener mi identidad, no puedo olvidar quien soy en Cristo. Presente a Dios en su vida. En la angustia Él nos puede salvar ¿recuerda cómo es su Dios? Nuestro Dios es poderoso, proveedor, nuestro estandarte (victoria). ¡¿Dios no es un pelele que no va a darle victoria?! No, Él es Padre, recuerde quién es Dios en medio de sus circunstancias difíciles. Apele a la posición más alta, en las posiciones de angustia busque a alguien más alto. A veces queremos resolver las situaciones solos. Confíe en el Señor, o corre o se encarama, no se quede acostado en la hamaca.

Jonás ora, recordando al Señor y reconociendo sus faltas. Sabe que las misericordias de Dios son nuevas cada mañana. ¡Que bonito es disfrutar todos los días de una misericordia nueva! ¿Pero podemos abandonar esa misericordia? Si, cuando nos enfocamos más en vanidades ilusorias, cuando está enfocado en su carro en lugar de enfocarse en que Dios lo guarde en ese carro. Vanidad de vanidades todo es vanidad… tener un bien físico, es bueno y costoso. Vanidades ilusorias no son las que te traen gozo y paz. Uno vive pensando en qué le falta a la casa. Uno trabaja y trabaja y trabaja para otro. No se vaya por las vanidades ilusorias, son efímeras, ficticias, temporales son como un soplo. Le invito a enfocarse en las misericordias de Dios. Agradezca lo que tiene y enfóquese en Dios. Jonás entendió esto en el vientre de un gran pez. No debemos abandonar la misericordia del Señor al contrario alabarlo. Es hermoso alabarlo en el templo, en la casa, alabarlo cuando no hay razón para alabarlo.

A muchos nos encanta la historia de Job, pero cuando nos toca ser Job ¡Que fuerte! Dispóngase abra hoy su corazón a cumplir lo que Él le ha prometido. Usted al recibir al Señor como Salvador acepta el pago por sus pecados, acepta como Señor de su vida…

Ser jefe tiene sus implicaciones buenas y ser obrero es difícil. Ser obrero es duro, cargar los escombros es duro, hay que bajar la cabeza, apegarse a las órdenes… somos obreros del Señor y nos toca bajar la cabeza cuando el Señor nos regañe: regrésate a orar, regresa a hacer las cosas a mi manera.

Su actitud es el aroma de su corazón, si su actitud apesta, su corazón no está bien.

Cuando sientes que no puedes más, aunque duela puedes dar un paso más, no te rindas, solo avanza, no veas, no te rindas, avanzas. El dolor y el cansancio nos quieren bloquear, pero Dios nunca nos deja solos en el dolor, Él está contigo acompañándote y diciendo que tú puedes ir más allá de lo que tu piensas. Escucha solo mi voz y obedece. Hermano o corremos o nos encaramamos y para donde Él le diga avance.

Predicador: Ps. Manuel Colmenares

Servicio Dominical - Iglesia Cristo Vive - 01.09.2024

Transcripción: Vivian Nieves Gascón de Moros