India expulsa a refugiados rohinyás al mar: entre ellos, al menos 15 cristianos

La Marina de la India trasladó a los detenidos a un portaaviones, donde les quitaron ataduras y vendas, les proporcionaron chalecos salvavidas y les ordenaron lanzarse al mar cerca de la frontera marítima con Myanmar. Entre los deportados había mujeres, niños y ancianos. Algunos lograron nadar hasta una isla birmana, aunque su paradero actual sigue siendo desconocido, según el Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos.

Cinco refugiados en la India aseguraron a la AP que sus familiares formaban parte del grupo detenido el 6 de mayo. Los 15 cristianos incluidos en el grupo pertenecen a una minoría religiosa que, como los musulmanes rohinyás, enfrenta persecución tanto en Myanmar como en la India.

“Estas acciones crueles constituyen una grave violación del principio de no devolución y un desprecio absoluto por la vida humana”, declaró Tom Andrews, relator especial de la ONU sobre la situación de los derechos humanos en Myanmar, calificando el episodio de «indignante».

Las Naciones Unidas anunciaron la designación de un investigador especial para examinar lo sucedido y exigieron al gobierno indio que cese cualquier acción que ponga en peligro la vida de los refugiados, incluyendo su repatriación forzosa a un país donde enfrentan graves amenazas.

Un abogado de los refugiados, Dilawar Hussain, informó que las familias han presentado una petición ante el Tribunal Supremo de la India para reclamar su regreso seguro a Nueva Delhi. El Ministerio de Asuntos Exteriores y la Marina india no han respondido a las solicitudes de comentarios.

Uno de los refugiados relató que recibió una llamada de su hermano el mismo día en que fue abandonado en el mar. Tras nadar hasta la costa de Myanmar, el hombre consiguió pedir un teléfono prestado a un pescador local para avisar a su familia.

Otro de los expulsados contactó con su hermano en Nueva Delhi, asegurando que varios miembros del grupo fueron golpeados por personal de la armada india.

Myanmar, de mayoría budista (87,9%), no reconoce la ciudadanía de los rohinyás, a quienes considera inmigrantes ilegales de Bangladesh. Esta población, estimada en 1,4 millones antes de la campaña militar de 2017, ha sido víctima de persecución sistemática, violencia estatal y desplazamientos forzados, que la ONU ha calificado como limpieza étnica.

La situación en la India tampoco es segura. Aunque unos 40.000 rohinyás han buscado refugio allí, muchos enfrentan arrestos arbitrarios y ataques de grupos extremistas. La hostilidad se extiende incluso a los que se han convertido al cristianismo, multiplicando su vulnerabilidad en un entorno de creciente intolerancia religiosa.

por: Ministerio Vida