Existir, Perseverar y Confiar

"En cualquier caso, caminemos conforme a lo que ya hemos obtenido".
Filipenses 3:16

En nuestra trayectoria cristiana, enfrentamos el reto de poner en práctica los valores que hemos asimilado, integrándolos en nuestras elecciones y posturas cotidianas. Cada avance hacia Cristo debe ser un reflejo del desarrollo espiritual constante que vivimos.

Al mirar el sendero transitado, valoramos la gracia que nos envolvió, el perdón que nos liberó y la esperanza que se nos otorgó. Estas dádivas no son solo recuerdos del ayer, sino bases firmes que moldean nuestro hoy y mañana. Existimos no solo evocando lo que Dios realizó, sino respondiendo a su amor renovador y a las expresiones diarias de su gracia.

"Por tanto, aproximémonos con seguridad al trono de la misericordia para hallar compasión y recibir el favor que nos sostengan en el momento preciso".

Hebreos 4:16

Nuestra senda se distingue por la humildad, aceptando nuestra limitación frente al poder divino. No obstante, en Cristo hallamos la redención que nos capacita para llevar una vida acorde con su propósito. Aprendemos a amar, absolver y ayudar, manifestando el carácter de Cristo en cada encuentro.

Al existir en sintonía con las certezas que acogemos en Cristo, nos transformamos en testimonios vivos del poder renovador del evangelio. Que la claridad de la verdad resplandezca a través de nosotros, motivando a otros a transitar la misma ruta de fe y amor.

Persiste en el amor que se te ha dado

• Dedica unos instantes a meditar sobre cómo las verdades cristianas influyen en tus decisiones diarias, procurando armonizarte con los principios adquiridos.

• Persigue activamente momentos de progreso espiritual; por ejemplo, realiza estudios bíblicos, mantén una vida de oración y participa en la comunidad cristiana para robustecer tu fe.

• Ejercita gestos de amor, paciencia, bondad y amabilidad en tus relaciones, proyectando el carácter de Cristo e impactando de manera positiva a quienes te rodean.

Oremos Juntos:

Señor, oriéntame en la meditación diaria, robustece mi desarrollo espiritual y permíteme expresar tu amor y bondad. Que mis actos reflejen tu gracia. En el nombre de Jesús, amén.

por: Ministerio Vida