El Peligro de Juzgar a Israel: Una Advertencia Bíblica para los Cristianos

En esta oportunidad hablaremos con base en la Biblia, qué sucede cuando los cristianos adoptan una postura de desprecio hacia Israel, y por qué es crucial mantener una perspectiva humilde y alineada con la voluntad de Dios.

REFLEXIONES

Lcdo. Juan Carlos Moros

6/20/20254 min read

La relación entre los cristianos y el pueblo de Israel

La Biblia, como fundamento de la fe cristiana, presenta al pueblo de Israel como el pueblo escogido por Dios para cumplir Sus propósitos en la historia de la redención. Desde el pacto con Abraham hasta las promesas proféticas sobre el futuro de Israel, las Escrituras destacan su papel único.

Sin embargo, a lo largo de la historia, algunos cristianos han desestimado o hablado mal de Israel, ignorando las advertencias bíblicas sobre las consecuencias de tal actitud.

Este artículo explora, con base en la Biblia, qué sucede cuando los cristianos adoptan una postura de desprecio hacia Israel, y por qué es crucial mantener una perspectiva humilde y alineada con la voluntad de Dios.

1. El papel especial de Israel en el plan de Dios

La Biblia establece claramente que Israel no es un pueblo cualquiera. En Génesis 12:3, Dios promete a Abraham: "Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra".

Esta declaración subraya que la relación con Israel tiene implicaciones espirituales profundas. Dios escogió a Israel como Su pueblo para ser una luz a las naciones (Isaías 42:6) y para llevar adelante Su plan redentor, que culmina en la venida de Jesús, el Mesías.

Desestimar a Israel es ignorar su lugar en el corazón de Dios. Romanos 11:1-2 nos recuerda que Dios no ha desechado a Su pueblo: "Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo? En ninguna manera... Dios no ha desechado a su pueblo, al cual desde antes conoció".

Hablar mal de Israel puede reflejar una falta de comprensión del plan divino, lo que lleva a actitudes que contradicen la voluntad de Dios.

2. Las consecuencias de maldecir a Israel

La Biblia advierte sobre las consecuencias de hablar mal o desestimar al pueblo de Israel. La promesa de Génesis 12:3 no solo habla de bendición, sino también de maldición para aquellos que maldigan a Israel.

Esta advertencia no es un simple relato del pasado, sino una verdad que resuena a lo largo de las Escrituras. En Zacarías 2:8, Dios declara que tocar a Israel es como tocar la niña de Su ojo, una imagen poderosa que muestra cuánto valora Dios a Su pueblo.

En el Nuevo Testamento, Pablo aborda este tema en Romanos 11:17-21, donde compara a los gentiles (cristianos no judíos) con ramas injertadas en el olivo de Israel. Advierte contra la arrogancia: "Pero si te jactas, sabe que no sustentas tú a la raíz, sino la raíz a ti".

Los cristianos que desprecian a Israel olvidan que su fe está enraizada en las promesas hechas al pueblo judío. Esta actitud de soberbia puede llevar a un endurecimiento espiritual, alejando a los creyentes de la humildad que Dios exige.

Además, la historia muestra ejemplos de juicio divino sobre naciones que se opusieron a Israel. En Joel 3:2, Dios promete juzgar a las naciones que dispersaron a Su pueblo y dividieron Su tierra.

Esto sugiere que desestimar a Israel no es solo una falta de respeto hacia un pueblo, sino una oposición al propósito soberano de Dios, lo que puede traer consecuencias espirituales.

3. La actitud que los cristianos deben tener hacia Israel

En lugar de desestimar o hablar mal de Israel, los cristianos están llamados a orar por ellos y bendecirlos. Salmo 122:6 nos exhorta: "Pedid por la paz de Jerusalén; sean prosperados los que te aman".

Esta instrucción no es opcional, sino un mandato que refleja el corazón de Dios hacia Su pueblo. Orar por Israel no significa ignorar sus errores o justificar todas sus acciones, pero sí reconocer su lugar en el plan divino y alinearse con la voluntad de Dios.

Romanos 11:25-29 explica que el endurecimiento parcial de Israel es temporal, hasta que entre la plenitud de los gentiles, y que Dios aún tiene un propósito para ellos: "Porque irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios". Los cristianos deben evitar la arrogancia y adoptar una postura de gratitud por la herencia espiritual que Israel ha compartido con el mundo, incluyendo las Escrituras y el Mesías.

Además, Jesús mismo mostró amor y compasión por Israel, llorando por Jerusalén Lucas 19:41-42 y deseando reunir a Su pueblo. Los cristianos, como seguidores de Cristo, deben imitar este amor, evitando palabras de juicio o desprecio y buscando, en cambio, ser instrumentos de bendición.

Una advertencia y una invitación

Desestimar o hablar mal del pueblo de Israel no es un asunto menor. La Biblia enseña que hacerlo va en contra del plan de Dios y puede acarrear consecuencias espirituales.

Génesis 12:3 y Romanos 11 son recordatorios claros de que Dios honra a quienes bendicen a Su pueblo y reprende a quienes lo maldicen. Los cristianos están llamados a ser humildes, a orar por la paz de Israel y a reconocer el papel único de este pueblo en la historia de la redención.

En un mundo donde las divisiones y los prejuicios abundan, los cristianos tienen la oportunidad de reflejar el corazón de Dios al mostrar amor y respeto hacia Israel.

Que nuestras palabras y actitudes sean de bendición, no de maldición, para que podamos caminar en obediencia y experimentar la plenitud de las promesas de Dios.

Como dice Romanos 15:27, los gentiles son deudores de Israel por las bendiciones espirituales recibidas; honremos esa deuda con gratitud y oración.

por: Lcdo. Juan Carlos Moros