El equipo de voluntarios de dicha congragación han organizado un “plan emergencia” y el sábado pasado, desde muy temprano, una “marea azul” asistieron al equipo de bomberos y a las víctimas de esta tragedia, llevando alimentos y todos los recursos que son necesarios.
El grupo de voluntarios de “River Arena” llevó platos de comida caliente y bebidas, a los lugares más afectados por los incendios en Los Ángeles. No se quedaron de brazos cruzados ante semejante tragedia. Visitaron cuarteles de bomberos y refugios, donde encontraron miradas cansadas, pero llenas de gratitud. Una mujer dijo, entre lágrimas: “Esto es más que comida; es esperanza».
Regresaron agotados, pero con el corazón lleno. Saben que esto es solo el comienzo, y están ahí para seguir ayudando donde más se necesite. Una iglesia con pies y brazos que acude a una necesidad apremiante, y no dan porque tienen sino que tienen porque dan.
CORTESÍA: La Gaceta Cristiana
